JESUS, EL REINO DE DIOS Y LA SALUD
Jesús, el Reino de Dios y las dolencias físicas (enfermedades) de la gente, están estrechamente relacionadas, a la hora de comprender el mensaje y anuncio del Evangelio en la proclamación y praxis del maestro de Galilea. Pues, a primera vista, la consumación del Reino, nos lleva a pensar que se refiere a la otra vida o en otra dimensión ajena a la nuestra. Aunque no es raro que la mayoría de los textos del Nuevo Testamento que hablan del Reino, vinculen el mismo su consumación al final de los tiempos. Pero, tal y como Jesús presentó el Reino de Dios, éste es una realidad presente y operante en esta vida. Michael Amaladoss, teólogo indio, dice que el Reino es más terrenal que celestial. Por esa razón, el Reino se hace presente aliviando los dolores y sufrimiento en esta vida. Jesús realizó esa señal contundente de la presencia del Reino en la vida de las personas, preocupándose de manera primordial por la sanación de la enfermedad; esto no quiere decir, que hubiera dejado a un costado y/o en el olvido la sanación de la interioridad humana. Por tanto, la presencia del reino en última instancia tiene que ver con la preocupación por la vida y dignidad humanas.
Las señales que Jesús muestra y anuncian la presencia del reino son claras. Y una de ellas, y, la más, profundamente, cercana al amor de Dios para con el hombre es la curación de la enfermedad. Esta presencia aparece expresamente en los evangelios de Mateo y Lucas. Así, Mateo nos dice: «Y recorría toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando en evangelio del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo» (Mt 4, 23). «Y le trajeron todos los que se encontraban mal con enfermedades y sufrimientos diversos, endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los curó» (Mt 4, 24). Lucas, recoge la misma idea pero en un contexto diferente: «Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de lo que fuera se los llevaron; y él aplicaba la mano a cada uno de ellos, y los curaba» (Lc 4, 40).
La relación directa e inmediata entre el Reino de Dios y la curación de enfermos aparece de manera nítida en varios textos fundamentales del NT como Mt 9, 35; 10, 1. 7; Lc 8, 1-2; 9, 1-2; 10, 8-5). Es de especial atención fijar la mirada en los textos en los que Jesús dice a sus discípulos qué tienen que hacer en la misión que les es encomendada y envía: la idea central de los mismos es clara; pues, el mandamiento de anunciar la llegada del Reino de Dios va unido, indisolublemente, al mandato de curar enfermos (Mt 10, 7; Lc 9, 2; 10, 8). Por tanto, la curación y atención permanente a las enfermedades de las personas y cuidar de ellas para aplacar el dolor y sufrimiento, son los signos que muestran la realidad del Reino. Aquí, aparece un término, tal devaluado por el discurso político: la liberación. En el contexto del Reino de Dios, la liberación va más allá de lo político; hacer actual el reino para los discípulos de Jesús, necesariamente, pasa por el interés en el ser humano; es decir, hasta en lo más básico y elemental: la cura de todas las enfermedades para devolverle la salud.
Podemos preguntar ¿qué misión encomendó Jesús a sus seguidores? Jesús quiso que se conociera el Reino de Dios interesándose por la salud y la dignidad humanas. Sin duda que el Reino no se reduce a esta tarea, pero es una señal evidente para hacer presente la realidad del Reino de Dios entre los hombres. Y donde no hay esta determinación de luchar y asegurar la plenitud de la vida humana, no puede hacerse visible el Reino de Dios.
Jesús anunció el Reino de Dios; y aunque no nos dio una definición precisa del mismo, una señal clara de su ministerio fue la preocupación primordial por la salud y la vida de todo ser humano.
Publicado 27/11/2017 en https://www.noticiasfides.com/opinion/ivan-castro-aruzamen/jesus-el-reino-de-dios-y-la-salud